La
puerta del Mar, mas conocida como puerta de Francia, hace las veces de
"máquina del tiempo" separando la medina de la ciudad nueva (Ville
nouvelle). Túnez fue protectorado francés desde 1881 hasta su independencia en
1956, y eso se nota en las avenidas de la Ciudad Nueva que recuerdan a los
boulevares parisinos pero con un "algo diferente". De la puerta, en
la plaza de la Victoria, donde se encuentra el principal mercado de la ciudad El Galla (vale la pena entrar a echar
un vistazo por los distintos puestos de carnes, pescados, frutas...), arranca la
vía principal de Túnez capital, la avenida
Habib Bourguia, que lleva hasta la ya famosa Plaza de la Independencia, corazón de la Revolución de los Jazmines
y lugar emblemático de la reciente Primavera Árabe.
La
Ciudad Nueva es un lugar agradable para descubrir el Túnez del siglo XXI y tiene
su particular encanto. Los edificios modernistas y art nouveau decoran las
principales avenidas donde se suceden las tiendas occidentales, los grandes
hoteles, los cafés, las pastelerías (irresistibles) y las terrazas.
En
la avenida Habib Bourguia (llamada así en honor al héroe tunecino y presidente
del país en 1956) podrás ver el inconfundible Teatro Municipal, que
continúa siendo un referente cultural en Túnez. Fue inaugurado en 1902 y su
delicada fachada art nouveau, en la que destacan los historiados estucos
blancos hace que se le llame cariñosamente el "bombón" o "pastel".
Si interior, es igual de "coqueto". Si dirección exacta es 02 rue
Grecè Tunis. Su programación habitual incluye óperas, ballets y conciertos de
música clásica. Si quieres conocerla, para asistir a alguna representación
durante tu estancia, puedes llamar al teléfono: 71 259 499.
Continuando
el recorrido por la principal avenida llegarás a la Plaza de la Independencia
donde, junto a su importante significado histórico (aún reciente) podrás
admirar uno de los monumentos indispensables de esta ciudad Nueva, la Catedral de San Vicente de Paul. Es del
siglo XIX y es una de las pocas catedrales católicas que verás en el país. Su
estilo ecléctico, que mezcla elementos moriscos, góticos y bizantinos, le dan
una particular belleza. Su estratégica situación (frente a la embajada de
Francia, en la Plaza de la Independencia) la convierten en un punto
estratégico, en el corazón de la Ville Nouvelle (encuentro de las dos arterias
principales de la capital, la Avenida de Francia y la Avenida Habib Bourguia).
Al final de esta emblemática avenida, una de las zonas más animadas de Túnez y
donde se concentra la "movida" de los más jóvenes, verás la torre del
reloj (Torre de África), otro de los símbolos de la ciudad moderna. Aprovecha
para hacer una parada en alguno de los típicos locales como Panorama Café,
Restaurante Café Capitol o Café París y para recorrer algunas de las calles
aledañas como la Avenida de Cartago o la Avenida de París con sus típicas casas
coloniales que mezclan la arquitectura europea y la árabe en perfecta armonía.
Si
quieres un momento de relax, acércate
hasta el Parque del Belvedere, un
rincón de tranquilidad en medio del bullicio de la ciudad. Una frondosa
vegetación en la que no faltan palmeras, pinos, olivos, y multitud de pequeños
y agradables senderos con sabor mediterráneo lo hacen un lugar perfecto para un
paseo relajado. Es el parque más extenso de la ciudad y aquí se encuentra
además, el Museo de Arte Moderno,
con interesantes exposiciones temporales. Abre a diario y la entrada es
gratuita (puedes llegar en el tranvía, línea 2, parada Palestine). Parte del
parque es también el zoológico de Túnez. Cerca del Belvedere, verás además una
de las pocas mezquitas que están fuera de la medina. Se trata de la Mezquita Yussef Shaib et Taba, del
siglo XIX y casi una réplica exacta de la mezquita de Yussef Dey (en la medina).
Podrás reconocerla fácilmente por su minarete inacabado.
Otra
de las visitas imprescindibles a incluir en el recorrido fuera de la medina es
el Museo del Bardo, a sólo cuatro
kilómetros de la capital (puedes llegar en taxi o con el tranvía, línea 4). El
museo es un magnífico palacio perteneciente a los beys de la dinastía Husayn
que merece una visita pausada. Además de disfrutar viendo sus distintas
dependencias, tendrás oportunidad de ver una de las mejores colecciones de
mosaicos romanos del mundo, algunos realmente impactantes por sus dimensiones y
su excelente estado de conservación. También tendrás acceso a interesantes
piezas: esculturas, sarcófagos, bajorelieves... vestigios de las distintas
civilizaciones que han dejada su impronta en esta parte del continente africano
desde la prehistoria hasta la actualidad.
Antes
de finalizar tu recorrido por la zona moderna de la capital tunecina acércate
al Paseo del Lago (al final de la
avenida Habib Bourguiba), para descubrir cómo la ciudad se abre al mar. Túnez
se ubica en uno de los extremos de la Bahia de Behira, que mediante un canal
llega al Mediterráneo (en su salida se encuentra el puerto de la Goulette).
Este remodelado paseo "marítimo" se ha convertido en lugar de
encuentro, ocio y relax para tunecinos y turistas, por la belleza del entorno,
que invita al romanticismo, y por el bonito espectáculo acuático que crean los
manantiales artificiales instalados en el centro del lago. El colofón perfecto
a la estancia en Túnez capital.
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